Trucos de la abuela que mejoran tus recetas
Si hay algo que nunca falla en la cocina son los trucos de la abuela.
Si quieres mejorar tus recetas, echa un vistazo a estos remedios que te proponemos para conseguir bizcochos más tiernos, carnes más suaves y mariscos cocidos perfectamente.
Mejora tus recetas con los trucos de la abuela
Carnes y pescados más suaves con limón
Un poco de jugo de limón funciona muy bien para ablandar la carne o el pescado. ¿Cómo? Frota el jugo de limón por la superficie de tu carne o pescado y luego introdúcelo en la nevera durante unas horas antes de cocinarla.
El ácido en el jugo de limón suaviza la textura de forma natural, pero puede resultar un poco fuerte si abusas de la dosis.
Otra manera de suavizar la carne es marinarla con cerveza, así, también le aportas más sabor.
Cómo eliminar el amargor del pepino
¿Quieres usar pepino en algún plato pero no te gusta el amargor que deja? Pues es tan sencillo como quitarle los extremos. ¡Así perderá gran parte de su amargor!
Otro de esos trucos de la abuela que no fallan con el pepino es sumergirlo en agua con sal y, después, en un baño de leche con azúcar. Deja reposar 15 minutos y ya lo tienes listo para cocinar.
También es muy eficaz dejar el pepino en agua muy fría o con cubitos de hielo durante unos 5 minutos.
Cocina tus legumbres más rápido
Para la gran mayoría de sus preparaciones, las legumbres necesitan ser remojadas con varias horas de antelación antes de ser cocinadas.
Si se te ha olvidado dejarlas en remojo el tiempo suficiente o tienes prisa, pon las legumbres en el agua de cocción y añade 1 cucharada de bicarbonato de sodio. Las tendrás lista en unos 30 minutos. Excepto si las haces en una olla presión.
Nata agria para espesar cremas y sopas
La nata agria se emplea en algunos platos para espesar cremas y sopas, por ejemplo, de marisco, a la que le da un agradable toque ácido.
Para prepararla sólo necesitas nata líquida para montar (al menos 20% – 30% de materia grasa), zumo de limón exprimido, hierbas aromáticas frescas y sal.
Añade 350 ml. de nata fría a un bol y 2 cucharadas de zumo de limón. Mezcla bien con las varillas y tapa el bol, dejándolo reposar 30 minutos.
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¿Te has pasado con la sal? Echa una patata
¿Cuántas veces el exceso de sal te ha arruinado un buen guiso? Con este truco de la abuela dejará de ocurrirte.
Para corregir el exceso de sal en un guiso, caldo, sopa o estofado, puedes recurrir a incorporar una patata cruda pelada y esta absorberá el exceso de sal. Si con una vez que no basta, echa dos.
Después, hay que sacar la patata de la elaboración. Puedes lavarlas y aprovecharlas para otras recetas donde su sabor salado no sea un problema, como unas patatas fritas.
Cocina la coliflor sin mal olor
La amas o la odias. Y si la odias, una de las razones es por el olor que desprenden durante el proceso de cocción. Esto se debe a los compuestos de azufre que contiene.
Si no quieres renunciar a comer coliflor sigue estos pasos:
- Retira todas las hojas de la coliflor.
- Separa en ramilletes cortando desde el tronco central y lava bajo el grifo.
- Echa agua en una olla, la cantidad necesaria para que los ramilletes queden cubiertos. Añade leche de vaca, un chorrito de vinagre de vino blanco o el zumo de medio limón y sal al gusto.
- Pon la olla a fuego alto y cuando rompa a hervir incorpora la coliflor. Cuando vuelva a hervir baja a fuego medio alto y cuenta unos 10 minutos para que quede al dente.
- Una vez cocida la coliflor, la retiramos del agua para cortar la cocción y ya la tenemos lista.
Trucos para hacer la mejor bechamel
El secreto de una buena croqueta está en hacer una bechamel perfecta.
Para lograr una buena bechamel, espesa y cremosa, emplea la misma cantidad de harina que de mantequilla o aceite. Calcula unos 120-160 g de cada por cada litro de leche. Si la quieres muy cremosa, quédate con 120-130 g, y si las deseas más compactas, con 150-160 g estará bien.
Otro truco es añadir la harina cuando la mantequilla esté fundida.
Así conseguimos pelar los huevos más fácilmente
Qué poco nos gusta que se quede la cáscara pegada al huevo cuando los pelamos. Con estos trucos de la abuela que vamos a darte, no volverá a pasarte.
Una vez que hayas cocido los huevos, enfríalos en agua con hielo. Llena un vaso o un bote con tapa con unos dos centímetros de agua. Coloca el huevo dentro del recipiente, cubre la parte superior con tu mano o con la tapa y sacude vigorosamente durante unos segundos. La cáscara debería desprenderse fácilmente, ya que el agua y la vibración ayudan a separar la cáscara de la clara.
Otro truco es romper la cáscara del huevo y hacerlo rodar por una superficie plana. Esto ayuda a separar la clara de la membrana. Después sólo queda quitar la cáscara con los dedos.
Bizcochos más tiernos
¿Qué podemos hacer para que nuestro bizcocho favorito quede más tierno? Lo más sencillo es batir bien los huevos con azúcar, pero, si esto falla, puedes recurrir a otros trucos de la abuela.
Un remedio lo encuentras en el bicarbonato de sodio: añadiendo 1 cucharada de bicarbonato por cada 500 gr de harina, conseguiremos bizcochos muy esponjosos sin necesidad de usar levadura.
También es crucial tamizar la harina, junto con la levadura, antes de agregarlas a la mezcla de huevo. Así obtendremos una crema mucho más fina, suave y delicada, libre de grumos. Además, es importante que las agregues poco a poco a la masa y sin dejar de batir con las varillas.
Trucos de la abuela para cocinar el marisco
¡Estos consejos te vendrán genial para la Navidad! Dada la inversión que hacemos en el marisco, es esencial que quede perfecto. Ahí van algunos trucos:
- Si compras el marisco vivo, lo ideal es comprarlos vivos y meterlos en agua fría. El marisco se irá cociendo a medida que se va calentando el agua.
- Si es congelado, te aconsejamos que lo descongeles en la nevera lentamente (entre 24 y 36 horas), no a temperatura ambiente, y que lo cuezas en cuanto se haya descongelado.
- Si no quieres que el marisco pierda su color corta la cocción. Si por ejemplo vas a cocinar langostinos, cuécelos durante 4 minutos y, pasado ese tiempo, introdúcelos en un recipiente con agua muy fría. Así evitarás que se sigan cociendo, se queden secos y pierdan su color.
- El marisco siempre hay que cocerlo en agua salada. Por norma general, tendrás que añadir 40 gr de sal por cada litro de agua.
Cada tipo de marisco precisa de un tiempo concreto de cocción para quedar perfecto. Aquí van los principales:
- Las gambas: 1 minuto.
- Los langostinos: 1 minuto y 30 segundos para los de tamaño mediano y 2 minutos para los grandes.
- Percebes y camarones: 30 segundos.
- Cigalas: 3 minutos si es grande; 1 minuto y 30 segundos si es mediana.
- Nécoras: 7 minutos si es grande y 5 minutos si es mediana.
- Centollo, langosta, bogavante y buey de mar: si son de tamaño grande, 20 minutos. En cambio, si son medianos (500 – 600 gr), basta con 12 minutos.