¿Por qué se comen dulces en Semana Santa?
Con la llegada de la Semana Santa un delicioso surtido de dulces inunda las pastelerías, supermercados, restaurantes y también nuestras casas. La tradición marca que ya desde la Cuaresma empecemos a oler y saborear las maravillosas torrijas, pestiños, buñuelos, rosquillas y todos esos riquísimos dulces de Semana Santa con los que celebramos un tiempo festivo en nuestra tierra.
Pero ¿de dónde viene esta tradición? Todas los hábitos tienen su origen y es interesante conocerlos. Así que pásate por Cash Fresh, llévate algunos de los dulces de Semana Santa que hemos seleccionado o los ingrediente para elaborarlos de manera casera y prepárate para conocer cuál es la raíz de esta deliciosa costumbre.
Pestiños de Semana Santa
Del ayuno a la dulce recompensa
El origen de esta tradición se encuentra en el ayuno que se practicaba en tiempo de Cuaresma. Desde el miércoles de ceniza al viernes santo sólo se podía realizar una ingesta de comida al día y evitar el consumo de carne. Afrontar las jornadas diarias, especialmente en trabajos de gran dureza física, requería introducir en la única ingesta del día alimentos con gran aporte calórico y energético.
Y la solución se halló en los dulces. Maravillosos manjares caseros a base de huevo, el pan, la harina, leche, la miel, los frutos secos, el azúcar y antiguas especias como la canela, el anís o matalaúva. Así, en nuestra tierra nacieron las torrijas, la leche frita o los pestiños. Una auténtica inyección de energía para sobrellevar el ayuno.
Aunque hoy en día ya no mantenemos la costumbre de la abstinencia, la tradición de consumir estos dulces ha sobrevivido, convertida en toda una seña de identidad de la Semana Santa.
Los mejores dulces de Semana Santa
Las más populares son las torrijas, esas rebanadas de pan empapadas en leche emulsionada con canela, anís y la corteza de limón o naranja, rebozadas en huevo y fritas, que terminan rociándose de miel o con una cobertura de azúcar y canela. Aunque en la actualidad las variedades se han ampliado hasta introducir crema pastelera, chocolate, dulce de leche, etc.
Torrijas, postre típico de Semana Santa
También es bastante común consumir pestiños, una masa crujiente elaborada a base de harina de trigo, vino blanco y aceite de oliva que se aromatiza con cáscara de naranja y limón, una semillas de anís y se fríe en aceite, cortada a trocitos y bien extendida con un rodillo. Se rematan mojándolos en miel o espolvoreando sobre ellos azúcar y canela.
La leche frita es otro de los dulces típicos, cremoso y suave. Para elaborarlos necesitamos de nuevo harina y azúcar, que se mezcla con leche infusionada con canela y la piel de un limón. Con ello se consigue una masa que, una vez refrigerada y cuajada, se corta en rectángulos, se reboza en harina y huevo y se fríe en aceite, para terminar cubriendo de azúcar y canela.
Tampoco pueden faltar los buñuelos de viento, con un toque de mantequilla que los hace muy sabrosos. A esta masa preparada con harina, huevo, azúcar y la citada mantequilla se la puede rellenar de crema o nata, dándole el toque final con azúcar glass.
