¿Cambio de armario? Básicos para dejarlo impecable
¿Ves el cambio de armario como un contratiempo o como una oportunidad?
Nosotros apostamos por lo segundo, porque renovar las prendas de vestir, al menos un par de veces al año, ayuda a tener mucho mejor organizado y limpio los armarios. Y ya sabes lo que se dice: ¡orden fuera, orden dentro!
El cambio de armario nos ayuda a ser más sostenibles, ya que nos da la oportunidad de evaluar lo que vamos a seguir usando y lo que no, y deshacernos de esto último. Este año, hazlo con tiempo y dedícale una mañana o tarde. Es mucho mejor hacerlo de una vez que tener la casa patas arriba varias semanas.
Además, con nuestros básicos para dejarlo impecable, te será mucho más llevadero. ¡Te convertirás en toda una profesional del cambio de armario!
¿Cuándo toca el cambio de armario?
Lo recomendable es hacerlo dos veces al año, una al inicio de la primavera, para dejar a mano la ropa más ligera; y otra a principios de otoño, para sacar las prendas adaptadas al frío, más cálidas y gruesas.
No obstante, dependiendo de la climatología de la zona en la que vivas, quizás tengas que hacerlo con más frecuencia. Lo importante es que no pierdas tiempo buscando en el armario, sino que la organización de este te haga la vida más fácil y encuentres rápidamente lo que buscas.
Prepara tus productos de limpieza
Este es el paso previo y básico: antes de empezar con el cambio de armario, organiza tu arsenal de productos de limpieza. Piensa qué vas a necesitar y, si te falta algo, pásate por Cash Fresh para comprarlo. ¡Tenemos de todo!
Deja todos los productos a mano y ve acudiendo a ellos conforme te hagan falta. Puedes utilizar diferentes soluciones para dejarlo impecable. Lo básico: un barreño con agua y un poco de jabón neutro, antipolillas y unas bolsitas perfumadas, para que tu ropa huela bien.
También te puede venir bien algún producto limpiador de superficies de madera para abrillantar y bolsas y fundas para guardar la ropa, de tela o plástico, teniendo en cuenta que las que se guardan al vacío, aspirando el aire, ocupan menos espacio.
Pon a funcionar la lavadora
Antes de guardar nada, ¡asegúrate de que está limpio! Si guardamos ropa con alguna mancha, esta será muy difícil de quitar luego. Seguro que estás cansada de encontrarte en el cambio de armario las típicas manchas amarillentas. En caso de que te ocurra, mira estos remedios caseros para quitar manchas imposibles.
También puedes perfumarla antes de guardarla, con saquitos de hierbas aromáticas, colgadores de esencias o bien usar en la colada alguna perla de perfume que aporte un plus de aroma. ¡Cuando vuelvas a por ella te encontrarás una agradable sorpresa!
¿Y cómo guardo las prendas?
Aparte de limpias, es aconsejable que, ya que estás en faena, planches lo necesario (lo que vayas a conservar en cajas no) y guardes las prendas en bolsas al vacío o fundas de abrigo. Así las encontrarás lista para ponértelas en la siguiente temporada.
Lo que se pueda doblar, como camisetas, ropa de deporte, pijamas o complementos, mételo en cajas o bolsas al vacío. En cambio, los vestidos, trajes, pantalones de vestir o chaquetas, protégelos en fundas y déjalos colgados si es posible. Las hay transparentes o con una ventanita para ver lo que hay en el interior que son muy prácticas.
Sin miedo: vacía todo el armario
La mayoría de los expertos en orden se ponen de acuerdo en esto: mejor vaciarlo de una vez que hacerlo poco a poco. Así, además de llenarlo más fácilmente, lo dejaras despejado para hacer una buena limpieza. Pasa primero el aspirador para quitar el polvo y las pelusas. Después pasa por todas las superficies un paño húmedo con un poco de jabón neutro. Aclara con otro paño húmedo para quitar posibles restos de jabón y después seca.
Verlo vacío, además, te ayudará a repensar tus necesidades de espacio y, quizás, se te ocurra alguna mejora de organización. Repasa si te faltan perchas y organizadores de ropa, y hazte con algunos nuevas en caso de que los necesites. ¡Toma perspectiva!
Y mientras lo vacías… Agrupa la ropa por tipo y aparta lo que vayas a tirar si está en mal estado o a donar o regalar. Recuerda: guarda solo lo que realmente quieras conservar, nada de nostalgia.
¡Deja algún comodín!
No hagas un cambio radical: ten en cuenta el periodo de entretiempo y deja algunas prendas adecuadas para ello. Si el cambio es de primavera, deja algún chubasquero, chaqueta o rebeca disponible; y es de otoño, alguna camisa más finita o incluso camiseta de mangas cortas. Acuérdate de los complementos como fulares y cinturones: puedes aprovechar las paredes del armario con cestos o las puertas con colgadores para ellos.
Así cuando llegue el frío o calor de manera inesperada, lo tendrás a mano y no tendrás que buscarlo en trasteros o altillos.
Llena el armario por partes
A la hora de volver a llenar el armario, tómate tu tiempo y hazlo por partes. Comienza por lo que va colgado en perchas y luego ataca los cajones. Si hay algo para planchar, déjalo aparte para ocuparte luego.
En cuestión de orden, para gustos colores. Puedes organizar las prendas por colores o gamas para darle armonía cromática a tu armario, por tipos (pantalones a un lado, faldas juntas, camisas por otro, etc.) o incluso montar los conjuntos, si los tienes claros. ¡Así será mucho más fácil decidir lo que te pones cada día!
Un método eficaz de organizar la ropa es doblándola en vertical, ideal para aprovechar el espacio de cajones o cestas. Esto vale para camisetas, ropa interior, calcetines, etc.
Si tienes espacio suficiente no lo dudes: una prenda por percha. Si no ves algo es como si no lo tuvieras. Además, la ropa colgada se conserva mejor que doblada. E intenta que las prendas no estén muy apretadas en la barra. Lo ideal es que dejes uno o dos dedos de separación entre percha y percha.
Usa separadores de cajones
No guardes las cosas de cualquier manera en los cajones. Si tienes muchos accesorios pequeños divídelos por tipo (cinturones, pañuelos, bañadores…) y usa separadores para que no se mezclen y puedas encontrarlos rápido.