Top 5 recetas extremeñas con sabor a tradición
Recetas extremeñas con sabor a tradición
REPÁPALOS DULCES
Algunos creen que procede de la cocina sefardí porque se nombra en algunos recetarios. Además, «repápalo» deriva de papar, sinónimo de comer en la gastronomía de Al Ándalus. Por sus ingredientes, se adopta rápidamente en la cocina de Cuaresma. Muchos autores piensan que otra de las razones de su éxito es por ser un sustituto de la carne.
- Ingredientes: 100 gr de miga de pan de uno o dos días antes, 3 huevos, 60 gr de azúcar, 600 ml de leche, 1 piel de limón, 1 canela en rama y aceite de girasol.
- Elaboración: Troceamos la miga de pan pequeñita y las mezclamos con los huevos y el azúcar. Removemos bien hasta obtener una masa homogénea en la que no se noten trozos de pan. Calentamos la leche, con la piel de medio limón y una rama de canela en una cazuela. Cuando arranque a hervir apagamos el fuego, la tapamos y dejamos que infusione durante unos minutos. Mientras tanto, vamos formando repápalos con la masa. Freímos en aceite de girasol, a fuego medio, pequeñas porciones de masa. Doramos bien por ambos lados. Los retiramos y colocamos en una fuente con papel absorbente. Una vez fritos, sumergimos en leche infusionada y le damos un hervor cortito, lo suficiente para que se empapen bien y se hinchen. Los podemos comer templados o fríos.
CACHUELA EXTREMEÑA
Conocida también como caldillo, picadillo o menudillo, es un producto típico, especialmente en la provincia de Badajoz, elaborado con productos básicos de la gastronomía extremeña. Perfecto para untar en pan de pueblo e ¡ideal para un desayuno o merienda contundente!
Su nombre es una derivación fonética de la cazuela, el recipiente donde originalmente se cocinaba el producto. Se elaboraba normalmente durante la matanza y consiste en hígado de cerdo frito en manteca de cerdo con ajo, pimentón y otros condimentos como el comino, la pimienta negra o el laurel. Todo el conjunto se machaca o tritura al final de la elaboración, para conseguir una textura densa y untable.
- Ingredientes: 125 gr de hígado de cerdo, 4 dientes de ajo, 250 gr de manteca blanca, pimienta negra molida, 2 cucharaditas de pimentón de la Vera dulce, comino y sal.
- Elaboración: Pela y corta 4 dientes de ajo en láminas. Corta 125 gr de hígado de cerdo en trozos no muy grandes. Sofríe los ajos y reserva. Pon en una sartén 250 gr de manteca blanca y deja que empiece a derretirse. Cuando esté casi derretida, incorpora los ajos, el hígado y un poco de pimienta negra molida. Deja cocinar a fuego lento durante unos 5 minutos. Cuando el hígado esté hecho, sácalo de la manteca y deja que enfríe. Tritúralo junto con un poco de manteca tibia hasta que quede la consistencia de un paté. Mézclalo con el resto de la manteca derretida y añade una pizca de sal, comino y 2 cucharaditas de pimentón de la Vera dulce. Dale unas vueltas con el tenedor y deja enfriar. Sírvelo bien frío untado en rebanadas de pan de hogaza.
COCIDO EXTREMEÑO
Extremadura tiene su propio cocido o, más bien, sus propios cocidos, porque las recetas extremeñas pueden variar de una zona a otra. Lo que sí comparten es que en todas se emplean carnes de la matanza del cerdo. ¡Plato top! También lleva embutido. Dos de los más característicos de la tierra como son la morcilla de lustre (de sangre) y la morcilla patatera o de calabaza. Todo ello acompañado con unos repápalos salados o pelluelas.
- Ingredientes: 1 oreja de cerdo (fresca o curada), 1 pie de cerdo partido en dos (fresco o curado), 1 cuarto trasero de pollo o gallina, 50 gr de tocino fresco, 50 gr de tocino añejo, 1 o 2 trozos de hueso de espinazo, 1 o 2 trozos de hueso de jamón, 250 g de garbanzos en remojo el día anterior, 2 huevos camperos, 100 gr de pan rallado, 2 dientes de ajo, perejil fresco picado, 30 gr de jamón serrano en taquitos, aceite para freír, 100 gr de morcilla patatera o de calabaza, 100 gr de morcilla de lustre (de sangre o de cebolla), 50 g de pan del día anterior y sal.
- Elaboración: Limpiamos bien la oreja y el pie del cerdo. Ponemos en una olla el pollo, el hueso de jamón, el hueso de espinazo y los dos trozos de tocino. Cubrimos con agua, llevamos a ebullición y hervimos 1 o 2 minutos. Escurrimos, enjuagamos bien la olla y ponemos de nuevo todo dentro menos el pollo. Repetimos la operación y cuando rompa a hervir, echamos los garbanzos bien escurridos. Cocemos a fuego fuerte 10 minutos, retiramos la espuma, tapamos y cocemos al chup-chup entre 1 hora y 30 minutos y 2 horas. Añadimos el pollo a los 45 minutos. Preparamos la masa de los repápalos con 2 huevos batidos, salpimentamos e incorporamos el pan rallado junto con el ajo picado, el perejil picado y el jamón serrano en taquitos. Freímos las pelluelas poniendo cucharadas de la masa en el aceite caliente y luego dejamos reposar sobre papel absorbente. En un cazo aparte, cocemos unos 10 minutos la morcilla de calabaza o patatera y la morcilla de lustre. Incorporamos los repápalos y las morcillas a la olla, rectificamos de sal y cocemos otros 10 minutos. Preparamos la sopa con un pan de rebanada finito y cubrimos con caldo. Para servir: servimos los garbanzos con caldo, un trozo de cada carne, un poco de cada morcilla y una pelluela. El resto de la carne, lo colocamos en el centro de la mesa.
TÉCULA MÉCULA
¿Y este nombre? Pues procede del latín del que hablaban campesinos, legionarios y esclavos y que significa algo así como «(Un pedazo) para ti, (un pedazo) para mí». Su origen, sin embargo, es árabe. Una prueba más de la riqueza de la fusión de culturas y tradiciones que la región ha sabido integrar con maestría en muchas recetas extremeñas con sabor a tradición.
Cuentan que la receta estuvo perdida hasta 1930, año en que alguien la recuperó del recetario de su bisabuela y la cedió a una pastelería de Olivenza, que la volvió a poner en circulación. Para otros, fue la propia pastelería de Olivenza la que la encontró en un baúl abandonado en una fonda por un portugués.
Se trata, básicamente, de una base muy fina de hojaldre rellena con una masa de almendras y huevo y recubierta con un capa de huevos. Se come principalmente en Navidad, pero ¡el Día de Extremadura es un gran momento!
Pero ojo, que también se dice que la receta original sigue siendo un secreto. ¡Aquí te dejamos la nuestra!
- Ingredientes: 1 huevo, 9 yemas, mantequilla, 1 lámina de hojaldre, 500 gr de azúcar, 250 gr de almendra molida, 2 cucharadas de manteca de cerdo, 3 cucharadas de harina de trigo.
- Elaboración: Una un molde de unos 22 cm con mantequilla. Fórralo con una lámina de hojaldre. Pínchalo con un tenedor. En una cazuela, prepara un almíbar con 250 gr de agua y 500 gr de azúcar. Deja que se temple y añade 9 yemas batidas y 1 huevo. Mezcla todo bien. Incorpora 250 gr de almendra molida. Añade 2 cucharadas de manteca de cerdo a temperatura ambiente y 3 cucharadas de harina de trigo. Mezcla bien con las varillas para que se integren todos los ingredientes. Pon la mezcla sobre el hojaldre y hornea a 170º con calor arriba y abajo durante unos 50 minutos ¡Disfruta de este postre extremeño!
ROSAS DE MIEL
Su forma, además, es similar a la de la Cruz de Calatrava, una cruz de cuatro brazos iguales, con flores de lis en los extremos de los brazos. En este detalle se fijan muchos para situar su origen en zonas de campo de Calatrava, en Ciudad Real, en Castilla la Mancha y zonas de Extremadura, como la Comarca de La Siberia y La Serena por su proximidad. No obstante, lo más probable es que estas la heredaran de la cultura árabe.
- Ingredientes: 6 huevos tamaño L, 1 vaso de agua, 1 vaso de harina, 3-4 cucharadas de anís, 200 grs de miel y aceite de oliva.
- Elaboración: Echamos 6 huevos L en un bol, 1 vaso de agua, 1 vaso de harina (del mismo tamaño del vaso de agua) y 3-4 cucharadas de anís. Mezclamos bien con una batidora eléctrica. Ponemos abundante aceite en un perol. Dentro, colocamos el molde para hacer las rosas desde que empezamos a calentar aceite. Cuando el aceite esté bien caliente, mojamos el molde en el preparado hasta un poco más de la mitad. Lo metemos en el aceite y lo mantenemos dentro hasta que se separe la rosa. La freímos por ambos lados hasta que quede bien dorada. Si no se separa bien, ayúdate con un cuchillo. Una vez fritas todas, ponemos en un cazo no muy grande 200 gr de miel y le añadimos después cucharadas de agua. Cuando esté bien caliente, bañaos en ellas las rosas, que queden bien cubiertas. Dejamos enfriar y ¡listas para comer!