Consejos para cocinar tus recetas tradicionales más sanas
Con pequeños cambios, puedes conseguir recetas tradicionales más sanas. Por ello, si quieres hacer tu alimentación más saludable, no es necesario que renuncies a los platos de siempre que más te gustan.
Sólo tienes que cambiar algunos detalles en los ingredientes o formas de cocinarlos. Te sorprenderá saber lo fácil que es cocinar tus recetas tradicionales más sanas con algunos consejos muy sencillos.
A veces, se trata de incluir más vegetales en los platos. Otras de usar grasas más saludables o de cocinarlas de otra manera para que las recetas queden más ligeras. Las formas de cocinar: al vapor, al horno, a la plancha… También influyen a la hora de cocinar tus recetas tradicionales más sanas. ¡Y tampoco olvides el poder de las hierbas frescas y especias a la hora de dar sabor!
Mira estos sencillos consejos para hacer tus recetas tradicionales más sanas
Tan fáciles que los puedes empezar a incorporar ya en tu día a día. ¡Come más saludable casi sin darte cuenta!
¿Guisos más sanos? Carnes magras y selladas con aceite
¿Cómo puedo hacer los guisos con carne más saludables? Si te has hecho esta pregunta alguna vez, este truco te encantará.
Para cocinar platos de cuchara con carne más ligeros y saludables, es tan fácil como cambiar la variedad o los cortes más grasos por otros más magros, como el pollo, el pavo, el conejo o el cerdo. Tranquilos, porque no tiene por qué quedar seca. Para ello, antes de añadir al guiso, trocea y sella aceite de oliva virgen extra. Así, mantiene su jugos en el interior y no resultará seca cuando las guises.
Esta es la manera de hacer recetas tradicionales más sanas como las patatas guisadas con carne o estofados con verduras.
Este es uno de los trucos fundamentales para hacer guisos más saludables. Si quieres conocer más ¡Pincha en el enlace!
Lentejas con chorizo: así, sí
Puedes hacer unas lentejas muy saludables añadiendo sólo verduras. Pero si no quieres renunciar a añadirle un poco de chorizo o morcilla, hazlo de la siguiente manera.
En lugar de añadirlos directamente, cuécelos aparte. Así, extraeremos gran parte de su grasa y se la ahorraremos a nuestro organismo. Reserva y añade al emplatar.
Otra manera de hacer que la grasa no termine en el guiso es hacerle unos cortes superficiales a la carne y añadirlo en el mismo, al final, para que se haga y coja sabor.
Los moluscos, al vapor
Sabemos que los moluscos a la plancha, en salsa, guisos o conservas están muy ricos… Pero, realmente, si hablamos de moluscos, al vapor es la mejor forma para hacer tus recetas tradicionales más sanas. Al vapor no se necesita agregar grasas y se conservan prácticamente al 100 % los nutrientes de los alimentos.
Por ello, si vais hacer almejas en casa, prepáralas al vapor con un poco de vino blanco. Sólo tenemos que calentar una sartén y cuando esté bien caliente, verter vino blanco y poner las almejas directamente. Tapa la sartén y deja que se cocinen con el vapor durante un minuto hasta que se abran. Sirve bien caliente con el jugo que haya quedado en la sartén.
Del mismo modo, puedes hacer las coquinas al ajillo, sofriendo antes unos ajos picados y añadiendo luego las coquinas. Vierte 1/2 vaso de vino blanco o manzanilla seguidamente y deja que se hagan al vapor.
¡Patatas al horno!
Hay que reconocer que es difícil resistirse a las patatas fritas, pero ¡al horno están realmente buenas! Si las acompañas de una buenas especias, te conquistarán.
Prepara, por ejemplo, unas patatas gajo saludables con un poco de aceite de oliva virgen extra e hierbas aromáticas. Precalienta el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Mientras, pela las patatas en gajos. Añade un poco de aceite y espolvorea unas hierbas aromáticas por encima. Remueve bien. Hornea unos 30 – 4o minutos. ¡Y a comer!
Otra opción estupenda es hacer las patatas fritas en tu freidora de aire. Con la ayrfrier puedes cocinar un montón de recetas dulces y saladas de forma más sana.
Especias frescas para dar sabor a la carne
¿Quieres dar a la carne más sabor sin añadir salsas, vino, sal o condimentos más grasos y menos sanos? Hazlo con especias frescas. Son totalmente saludables y le dan a tus platos de carne un sabor nuevo y muy original.
Así, encontramos especias como el tomillo que es perfecto para carnes a la brasa, ya sean ternera, cerdo o cordero. También es una especial habitual cuando se hacen carnes en escabeche, junto al perejil, orégano o romero.
El romero, por su parte, es una hierba ideal para acompañar platos de carne fuertes, como guisos, estofados, asados y arroces; y con la albahaca puedes hacer un pollo a la cazuela con limón y albahaca o cocinar un pato con albahaca, cebolla, pimiento rojo y pimiento verde con toque de salsa de soja.
Si añades laurel a cualquier tipo de guiso o cocción, potenciará el sabor de estofados o caldos con carne y dejará un estupendo recuerdo a eucalipto. El orégano podemos añadirlo a cremas, pescados, ensaladas, masas de pan y, claro está, carnes.
Pescado en papillote
El papillote es la técnica definitiva para cocinar el pescado de manera más sana. Y no puedes ser más fácil. Se trata simplemente de cocinar los alimentos en su propio jugo, envolviéndolos en papel de horno, estraza o aluminio formando un paquete cerrado. Este paquete se mete en el horno y los alimentos se cocinan en su propio jugo. Ventaja: menos calorías, mas nutrientes y vitaminas y una digestión más ligera.
Con esta técnica se puede cocinar todo: el marisco, la carne, la pasta… Pero los pescados quedan espectaculares. Prueba, por ejemplo, a hacer una lubina al horno en papillote, con unos tomates y patatas de guarnición, acompañada de tomillo, romero y un jugo de limón. También te recomendamos el bacalao con zanahoria, limón y un toque de cilantro o una dorada en papillote con cherrys, chalotas, alcaparras y aceitunas negras.
Ten en cuenta lo siguiente, una vez cerrado, el paquete no se debe abrir, así que calcula bien los tiempos de cada ingrediente según su tamaño y dureza; incluso puede que tengas que sofreír un poco antes los más duros. Sabrás que el papillote está en su punto cunado el papel se hinche completamente.
Bizcochos más saludables
Tampoco hay que renunciar a la repostería dentro de una alimentación sana si sustituimos los productos con más azúcares y calorías por otros saludables. Por ejemplo, en lugar de el clásico bizcocho con azúcar, chocolates o siropes, opta por opciones con fruta, harinas integrales y endulzantes menos dañinos.
Empieza con un rico bizcocho de manzana saludable que puedes hacer con manzanas, 150 gr de harina de espelta, 3 huevos, 40 gr de panela o dátiles sin hueso, 50 ml de aceite de oliva, 1/2 sobre de levadura, 50 ml de bebida vegetal y canela.
Para comenzar, precalienta el horno a 180º C. Mientras, cubre un molde con papel sulfurizado. Ralla unos 300 gr de manzana y reserva. Ahora coge 1 manzana y haz láminas finas con la ayuda de una mandolina. Si vas a usar los dátiles para endulzar, tritúralos con aceite de oliva y un poco de agua hasta que quede una mezcla cremosa. Añade los huevos y termina de mezclar. Seguidamente, pon en un cuenco esta mezcla, la harina, la canela y la levadura. Añade la manzana rallada y remueve hasta integrar muy bien. Coloca la masa en el molde y decora con láminas de manzana. Hornea a 180º C unos 50 minutos. Deja templar antes de desmoldar y cubre con un poco más de canela antes de servir.
Mejor salsas caseras
Si aún así, te gusta acompañar tus platos de salsas, una fórmula que no falla para asegurarte de que sean lo más sanas posibles es hacerlas con tus propias manos. Salsa de yogur, tártara, pesto, boloñesa o una sencilla salsa de tomate.
La de tomate la puedes elaborar en un momento. Pela 1 cebolla y córtala en dados. Pica 2 dientes de ajo. En una cazuela con 3 cucharadas de aceite, añade la cebolla y los ajos y cocina a fuego medio durante 5 minutos. Añade el tomate natural (lávalo bien antes y trocea) y agrega 1 cucharadita de sal y otra de azúcar. Cocina unos 30 minutos.
Si hablamos de boloñesa para la pasta, basta con picar 1 cebolla, 3 ramas de apio y rallar una zanahoria. Sofríe en aceite de oliva. Añade carne de ternera y cerdo picada, salpimenta y cuando esté hecha, agrega 1 lata de tomate triturado, cocina unos minutos y añade un chorrito de vino blanco. Termina con un poquito de perejil.
El pesto casero se elabora machacando un par de dientes de ajo, piñones y albahaca fresca en un mortero, hasta lograr una pasta uniforme. Luego, tienes que agregar queso parmesano rallado, aceite de oliva y 2 o 3 cucharadas de agua caliente. Machaca de nuevo con el mortero hasta obtener la salsa. Un truco para que la salsa no se repita: quítale a los ajos su parte central.