8 reglas de mantenimiento casero de tus electrodomésticos
¿Te gusta que tu hogar luzca siempre a punto? Te damos 8 reglas de oro para el mantenimiento casero de tus electrodomésticos.
Entonces, no podemos evitar algunas tareas de mantenimiento casero de los electrodomésticos. Muchos de ellos, como la campana, el termo o la cafetera, los usamos a diario y eso implica mucho desgaste.
Las tareas de mantenimiento casero son sencillas y fáciles de llevar. Además, es la mejor forma de conseguir que los electrodomésticos tengan una vida útil más larga y evitar posibles accidentes causados por su deterioro.
Te contamos cómo y con qué frecuencia debes llevar a cabo el mantenimiento casero de tus electrodomésticos para que todo vaya sobre ruedas. ¡Aquí tienes 8 consejos básicos!
Trucos para el mantenimiento casero de tus electrodomésticos
Filtros del aire acondicionado siempre limpios
Con el paso del tiempo, los filtros del aire acondicionado se llenan de polvo y ácaros, además de bacterias. Ello no sólo hace que el aparato consuma más energía o deje d funcionar, sino que puede disminuir la calidad del aire en tu hogar. Por ello, una tarea de mantenimiento casero de tus electrodomésticos que no puede faltar es la limpieza periódica de los filtros del aire acondicionado.
¿Cómo lo hago? Este es el procedimiento paso a paso:
- Desconecta el aparato.
- Abre la tapa frontal del split y retira los filtros. Los reconocerás porque son 1 o 2 rejillas de material de fácil limpieza. Algunos aparatos tienen un segundo filtro de celulosa para recoger las partículas más pequeñas. Éste, también, lo puedes retirar con cuidado y limpiar.
- Limpia los filtros con una aspiradora de mano o sumérgelos en una solución de agua tibia con vinagre de limpieza o, en su defecto, jabón líquido antibacteriano. No utilices lejía, amoníaco o cualquier otro producto abrasivo.
- Seca los filtros al aire libre o con papel absorbente.
- Si vas a limpiar los filtros de celulosa, sumérgelos en agua fría con un chorrito de jabón y déjalos así un par de horas, sin doblar o escurrir. Sécalos al aire libre, mejor a la sombra.
- Recoloca los filtros en el aparato, en orden inverso: primero el de celulosa y luego el otro. Cierra bien la tapa y elimina los restos de polvo con un trapo.
¿Con qué frecuencia debo limpiar los filtros? Si se trata del aire acondicionado de tu hogar, lo habitual es limpiarlo una vez al año. En cambio, si se trata de una oficina en la que se usa a diario, cada 2 o 3 meses.
Mantén a punto tu lavadora
Si tu lavadora ha dejado de funcionar correctamente, la ropa no acaba de oler bien o ves que pierde agua, seguramente necesite una buena limpieza, ya sea del tambor o del filtro.
El filtro de la lavadora es el lugar que más suciedad concentra, por lo que debes presarle atención y limpiarlo al menos 1 vez al año. Una vez localices el filtro de tu lavadora (parte baja, esquina izquierda o derecha), haz lo siguiente:
- Abre la tapa y coloca un recipiente bajo la entrada del filtro, porque es común que salga agua sucia. Saca el filtro.
- Deja el filtro en un recipiente en remojo en agua con jabón o, si está muy sucio, añade amoniaco líquido.
- Limpia el hueco en el que se ubica el filtro. Para ello, puedes pasar un trapo con un poco de lejía por el interior. Para los huecos menos accesibles, puedes ayudarte de un cepillo de dientes viejo.
- Devuelve el filtro a su sitio, enrosca bien y cierra la tapa.
Por su parte, el tambor hay que limpiarlo en profundidad 1 vez cada 3 meses. Aunque dependerá de cuánto lo uses, del tipo de lavadora, del filtro, etc.
Para limpiar el tambor de la lavadora puedes usar diferentes productos que encontrarás en Cash Fresh. Los más habituales son el vinagre de limpieza, la lejía, el bicarbonato o el blanqueador de cloro. Sólo tienes que abrir el cajetín, verter uno o dos chorreones de lejía o media botella de vinagre y un poco de blanqueador de cloro. Finalmente, elige un programa de la lavadora con un ciclo largo y a altas temperaturas. ¡Y no añadas nada de ropa!
Deja abierto el tambor unas 24 horas para que quede completamente seco.
Luce una campana brillante
¿Qué haríamos sin nuestra campana extractora? Por ello, es muy importante limpiarla con asiduidad y no dejar que la suciedad se acumule.
Limpiarla por fuera es más sencillo, sólo tenemos que utilizar un limpiador multiusos con poder desengrasante, restregar bien y luego enjuagar. También puedes elaborar una solución casera a base de vinagre blanco, jabón de lavavajillas, el zumo de 1 limón y agua caliente e introducirla en un envase pulverizador.
Para limpiarla por dentro, quita los filtros o rejillas (son fácilmente extraíbles) y déjalos en remojo con una disolución de agua, vinagre blanco y jabón. Ahora, pon al fuego una cazuela con agua, 2 tazas de vinagre y un chorrito de lavavajillas. Deja que hierva durante unos 30 minutos para que el vapor vaya ablandando la grasa incrustada. Ya con la ayuda de un trapo, retira la grasa y enjuaga.
Ahora, ve a por los filtros y frótalos con un cepillo para retirar la grasa. Luego, enjuaga con agua caliente. Deja secar al aire o con un papel de cocina.
Para un buen mantenimiento de la campana extractora, es recomendable limpiarla a diario de forma superficial. La limpieza profunda es recomendable realizarla de una vez a la semana (si se utiliza la campana a diario), a dos veces al mes si la campana no se utiliza a diario.
Limpieza del lavavajillas
Otro imprescindible del mantenimiento casero de los electrodomésticos es el lavavajillas. ¡Cuánto trabajo nos ahorra! Sin embargo, si no lo cuidamos bien es fácil de colapsar, así que cada cierto tiempo es muy necesario realizar una limpieza profunda de este electrodoméstico. Concretamente, lo recomendables es limpiarlo 1 vez al mes.
¡Importante! Ayuda al lavavajillas a alargar su vida útil con un gesto tan sencillo como retirar bien los restos de alimentos de los platos antes de introducirlos. ¡No podemos dejarle todo el trabajo a él!
Para dejar reluciente el lavavajillas, lo primero es limpiar el filtro, que se encuentra en la parte baja, debajo de las aspas, y tiene forma de cesta.
Si desprende muy mal olor, déjalo a remojo durante 30 minutos en un cubo con 2 tazas de agua caliente, 2 tazas de vinagre blanco y un chorrito de jabón.
Tras ello, elimina las suciedad con la ayuda de un cepillo de dientes viejo. Si sigue sucio, entonces vuelve a dejarlo en remojo, esta vez en agua caliente unos 15 minutos, y luego añade jabón y un poco de bicarbonato de sodio.
Cuando termines con el filtro, ve a por el resto del aparato. Puedes hacerlo dejando vacío el lavavajillas y vertiendo en él 3 tazas de vinagre blanco de limpieza y, en el cajetín del detergente, 2-3 cucharadas de bicarbonato de sodio. Luego, programa un ciclo de lavado normal a 65º centígrados. Si no quieres optar por las soluciones caseras, puedes recurrir a un limpia-máquinas comercial específico.
Con un paño humedecido en jabón y agua, repasa la junta de la puerta y las gomas. Para limpiar la parte externa del aparato, opta por agua y jabón o un quitagrasa.
¿Cómo limpio el termo?
Las calderas y los termos también están sujetos a desgaste y deterioro debido a su uso y al paso del tiempo. La acumulación de minerales y sedimentos en el interior puede causar daños en el calentador y disminuir la eficiencia del aparato. Además, si no se limpia adecuadamente, puede haber un riesgo de contaminación bacteriana que afecte la calidad del agua caliente que sale del termo.
Sigue estos pasos para limpiar tu termo eléctrico de manera efectiva:
- Apaga el termo eléctrico y vacíalo completamente.
- Limpia el interior del tanque con una esponja húmeda y un poco de vinagre blanco diluido en agua. Frota las paredes del tanque suavemente.
- Limpia la resistencia del termo eléctrico con un cepillo de dientes viejo.
- Enjuaga el tanque del termo eléctrico con agua limpia para eliminar cualquier residuo de vinagre y sedimentos.
- Vuelve a llenar el termo eléctrico.
La limpieza hay que llevar a cabo esta limpieza al menos 1 vez al año, preferiblemente en otoño, ya que el invierno es la época del año en donde la caldera y el termo deberían tenerse en las mejores condiciones posibles.
Cómo limpiar el frigorífico
Pocos electrodomésticos pueden acumular más malos olores, bacterias y hongos como el frigoríficos. Por ello, es el aparato que más mantenimiento casero necesita: hay que limpiarlo como mínimo 1 vez al mes.
¿Cómo lo hacemos? Te damos una guía:
- Desconecta la nevera.
- Retira la comida y ponla en un sitio fresco.
- Saca los cajones y hueveras y las baldas de cristal o rejillas. Si no lo haces, te arriesgas a que la suciedad se acumule en las ranuras laterales que las sujetan.
Una vez hecho todo esto, llega el momento de limpiar. Lo puedes hacer con ayuda de un limpiador comercial o preparar una solución casera a base de 1 taza de agua muy caliente, 1 taza de vinagre blanco y el zumo de 1 limón. También le puedes añadir 1 cucharadita de bicarbonato de sodio si ves que tiene manchas amarillas.
Vierte en un aerosol y pulveriza la fórmula en todo el interior de la nevera. Cierra la nevera y deja que el producto actúe de 10 a 15 minutos.
En ambos casos, una vez transcurrido el tiempo, utiliza una esponja o bayeta para retirar la suciedad y grasa. Puedes hacer una segunda ronda de limpieza o enjuagar y secar el interior con papel de cocina o con un trapo limpio.
Si la nevera está muy sucia, pulveriza sobre la nevera una mezcla de amoniaco líquido diluido en agua y deja abierta la puerta de la nevera y la puerta de la cocina. Cuando vayas a retirar el producto utiliza guantes y enjuaga varias veces el paño que vayas a utilizar.
Por otro lado, tanto los cajones como las bandejas o baldas de vidrio, puedes limpiarlos con agua y jabón de lavavajillas o con el limpiador multiusos a base de vinagre. Cuando hayas terminado, puedes secarlos con una bayeta que no suelte pelusas o con papel de cocina.
Limpieza de los calefactores
Aunque no les prestemos tanta atención, los radiadores y calefactores, también deben incluirse en las tareas de mantenimiento casero de tus electrodomésticos, ya que la ranuras pueden llenarse de polvo, suciedad y, la placa de manchas amarillentas. Te aconsejamos que lo hagas al menos 1 vez al año, en otoño, justo antes de poneros a rendir.
Así lo hacemos:
- Desconecta el radiador y asegúrate de que está frío.
- Para eliminar el polvo superficial, utiliza un secador de pelo a máxima potencia y con el aire en frío. Si tus radiador tienen ranuras muy pequeñas, utiliza un cepillo largo y fino para ayudarte a retirar el polvo.
- Un truco muy útil para limpiar las ranuras es coger una esponja y hacer un nudo por la mitad con una cuerda larga y resistente.
- Empapa la esponja con agua y jabón e introdúcela por las ranuras. Con la ayuda de la cuerda sobrante, haz recorrer la esponja por toda la ranura. Otra solución casera es atar un trapo viejo a un palo y usarlo como plumero.
- Limpia todas las manchas del radiador con una disolución de desengrasante diluido en agua.
- Seca bien para evitar que se oxide.
En cambio, si tu calefactor es eléctrico y este no tiene rejillas o ranuras por donde expulsar el agua, apaga el aparato y desenchúfalo. Si lo has estado usando y está caliente, espera a que se enfríe totalmente. Utiliza un paño limpio asegurándote de que no suelta pelusas. Puedes usarlo seco o ligeramente humedecido en agua.
Si por el contrario sí que tiene rejillas, deberás utilizar un cepillo suave para los lugares de difícil acceso y la rejilla. Si ves que quedan pelusas o suciedad suelta, puedes ayudarte de un aspirador. Para la limpieza interior, da la vuelta al calefactor y utiliza un destornillador para quitar la carcasa trasera. Utiliza el paño ligeramente humedecido para limpiar el polvo acumulado y la resistencia. Para los rincones más difíciles de alcanzar puedes utilizar un bastoncillo para los oídos humedecido. Deja que las piezas se sequen totalmente antes de volver a atornillar la carcasa trasera. Antes de conectarlo de nuevo, asegúrate de que el calefactor está completamente seco tanto por dentro como por fuera.
Tu cafetera italiana ¡reluciente!
Terminamos las 8 reglas de oro para el mantenimiento casero de los electrodomésticos con nuestra querida amiga de todos los días. ¡La cafetera! Si quieres que tu café sepa a gloria, mantenla limpia, ya que, si no lo haces, la cafetera acabará cogiendo malos olores, calcificaciones, moho en su filtro y, en su fondo, aparecerán calcificaciones y microorganismos que pueden dar mal sabor al café.
Para limpiar el interior de una cafetera italiana no recurras nunca al jabón, recurre al vinagre blanco de limpieza.
- Desmonta y extrae todas las piezas de la cafetera.
- Limpia el exterior con una esponja suave que no dañe ni raye la superficie.
- Si la parte inferior se ha quemado al entrar en contacto con el fuego o placa, prepara una pasta de bicarbonato de sodio y vinagre a partes iguales y aplica.
- Limpia el filtro sumergiéndolo n un recipiente con agua hirviendo más 1 taza de vinagre blanco. Deja que el filtro repose por al menos 10 minutos antes de extraerlo y enjuagarlo con abundante agua fría.
- Limpia la junta de la goma, empleando un paño empapado en vinagre.
- Limpia el recolector (parte superior) con abundante agua caliente.
- Deja que las piezas se sequen al aire libre o seca con un papel de cocina.
Lo ideal es que lo limpies después de cada uso con agua caliente y, con vinagre, una vez a la semana.